En el reino esotérico, el agua no es solo un elemento físico, sino un vehículo de poder ancestral, capaz de limpiar, sanar y transmutar energías. Cada gota contiene la esencia pura de la vida, fluyendo como un manantial de renovación espiritual.
Cuando ofrecemos agua a las Animas Benditas, invocamos la pureza, el equilibrio y la armonía, permitiendo que su energía celestial nos envuelva y nos guie. Este acto ritualistico no solo limpia nuestro entorno, sino que abre portales de luz para recibir bendiciones y protección divina.
En su esencia liquida, el agua simboliza el vinculo entre lo material y lo espiritual, uniendo los mundos visibles e invisibles. Al entregarla con fe, nos purificamos y nos acercamos a la sabiduría sagrada de los seres del otro plano.
Que este fluido cristalino lave nuestras almas, aleje las sombras y nos conecte con la fuerza infinita de lo divino.
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