La sombra que se cierne sobre nosotros, los ‘oscuros’ que se alimentan de nuestra esencia vital. Estos seres, criaturas de la oscuridad, se nutren de nuestra energía, debilitando nuestra voluntad y nuestra salud. Son maestros del disfraz, se camuflan en nuestras sombras, esperando el momento perfecto para atacar.
Pero no temamos, hermanas y hermanos. La sabiduría ancestral nos enseña que la luz interior es más poderosa que cualquier fuerza oscura. Debemos reconocer su presencia, sí, pero no debemos permitir que nos consuman.
La clave está en la conciencia. Debemos estar atentos a nuestras emociones, a nuestros pensamientos. Cuando sentimos que nuestra energía se desgasta, debemos buscar la fuente. ¿Es alguien que nos rodea? ¿Es algún patrón de pensamiento que nos consume?
La alquimia espiritual nos enseña a transformar la oscuridad en luz. Debemos trabajar en nuestra propia sombra, reconocer nuestros miedos y debilidades. Solo así podremos expulsar a los ‘oscuros’ de nuestras vidas.
Recuerda, hermanas y hermanos, que tú eres la luz. Tú eres el templo sagrado que alberga la divinidad. No permitas que los ‘oscuros’ profanen tu santuario.
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